Esta Zambra del Sacromonte goza de reputación a nivel mundial como uno de los lugares donde el flamenco alcanza su máxima expresión y calidad. El origen de la fiesta de la zambra se remonta al s. XVI, en concreto, a los rituales nupciales de los moriscos en la ciudad.
La particularidad de esta fiesta es el emplazamiento (interior de una cueva) y el carácter familiar de todo el espectáculo, ya que la mayoría de los artistas son miembros de la misma familia. El propio barrio del Sacromonte es un atractivo más de la zambra, ya que ofrece unas vistas panorámicas de la Alhambra desconocidas para la mayoría del público.